Este muchacho australiano se gana a pulso su aparición en la sección de estúpidos gracias a sus indudables dotes para trabajar como, pongamos, portero de puticlub.
Seguro que al dueño del coche le hizo mucha gracia, aunque teniendo en cuenta las neuronas que deben coexistir en el interior de la cabeza del chaval, el auto a buen seguro que es suyo...
17.7.09
GAG (Galería Audiovisual de Gilipollas) IV. Qué cabecica
Etiquetas:
Humanos estúpidos
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